miércoles, 19 de diciembre de 2012

EL RETO DE LA AGRICULTURA ESPAÑOLA



      De acuerdo con los datos de la FAO, para el año 2050, la población mundial será de 9.000 millones de habitantes, el crecimiento demográfico mundial impulsará al alza la demanda de alimentos. La teoría mathusiana, planea de nuevo sobre la agricultura. La preocupación por el incremento de la producción agrícola mundial es evidente. Tal vez los OGM  (organismos genéticamente modificados) podrían ser una solución al problema. 

            Existen muchos obstáculos, como es la reducción de la SAU (Superficie Agraria Útil) y su competencia con las tierras dedicadas a otros usos (urbanísticos), el alto precio de la Tierra que dificulta el acceso a la propiedad de los más jóvenes,  el envejecimiento de la población activa agraria y la falta de relevo generacional en el sector. La tendencia alcista del petróleo del petróleo aumenta los costes de producción, los bajos precios en origen merman el margen de beneficio de las explotaciones agrarias. La renta agraria está estancada. Y las ayudas de la PAC al estar desvinculadas de la producción es inconcebible desde un punto de vista de una agricultura productiva. 

     La deslocalización de las empresas agroalimentarias hacia lugares como Marruecos,  unos de los principales fluos de inversión directa española. Estos países del sur del mediterráneo gozan con ventajas competitivas tales como el abaratamiento de la mano de obra, de los input y tienen normativas medioambientales muchos más "flexibles" que en la UE. Otros países tales como Brasil son grandes potencias agroexportadoras muy competitivas.
Estos son algunos de los problemas que axfisian a la agricultura española. Pero también tenemos fortalezas como el prestigio de la dieta mediterránea o las figuras de calidad diferenciada (DOP; IGP; ETG) como arma para competir con países terceros.
 

      Les dejo el siguiente vídeo de BASFAgro que lleva por título "Un planeta hambriento", en mi opinión demasiado optimista, al final en un país (España) donde la agricultura aporta en torno el 3% del PIB, y con tendencia decreciente..... Si es cierto que la industrias agroalimentaria  es el primer sector industrial en España y ocupa entorno el 15 % del PIB industrial siendo uno de los sectores que mejor comportamiento están mostrando ante la actual crisis económica.

LA HUELLA DE CARBONO EN EL SECTOR AGROALIMENTARIO   


        Cada día existen más consumidores preocupados  por la emisión de gases efecto invernadero entre ellos el CO2 que dan lugar al recalentamiento global del planeta de son los responsable del actual cambio climático. En  todas las etapas de producción elaboración, transformación  y distribución de los alimentos que consumimos se libera CO2, y se están desarrollando métodos para su determinación. Las empresas agroalimentarias para satisfacer las demandas de los consumidores, buscan reducir las emisiones de gases efecto invernadero en la elaboración de sus productos, servicios o de la propia organización. Para ello, deciden cumplir los requisitos marcados por las normas GHG PRTOCOL, PAS 2050 y PAS 2060, para conocer los niveles de CO2 que emite la empresa agroalimentaria y el impacto ambiental que produce, que deben cumplir para  obtener la certificación certificación en  Huella de Carbono.

           La Asociación de Empresarios Productores Ecológicos de Andalucía (EPEA) ha puesto en marcha un proyecto, basado en  PAS 2050, una norma para la medición de la huella de carbono creada por el British Standard Institute (BSI), el departamento de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural del Reino Unido y la fundación Carbon Trust.
El proyecto está impulsado por EPEA, en colaboración con la asesoría técnica de AFHA Consultores y Det Norske Veritas (DNV), que han desarrollado la  metodología de cálculo y de la verificación de los resultados, y cuenta con el apoyo de  la Junta de Andalucía. 
Este proyecto es único en España, y tiene por objeto  medir y verificar la llamada huella de carbono de los productos agroalimentarios. La herramienta se ha implementado ya en tres productos pilotos elegidos: el aceite de oliva virgen extra, el vino Pedro Ximénez y los tomates cherry Así los productores  y consumidores podrán saber cuál es la contribución de un determinado producto a la reducción de los efectos del cambio climático. 

           El proyecto consiste en calcular el balance de Gases Efecto Invernadero (GEI), posteriormente los GEI se traducen en un cantidad equivalente de CO2 (huella de carbono), siguiendo los criterios internacionales establecidos. Una vez validada dicha huella de carbono por una entidad acreditada e independiente, la empresa informará de su huella de carbono en el envase del producto, mediante un logo fácilmente reconocible, y asume un compromiso de reducción.  La huella de carbono que el consumidor podrá conocer a partir de ahora, hace referencia sólo al producto en concreto, no al conjunto del sector, y variará en función del tipo de embalaje, cantidad de producto, etc. Para orientar al consumidor, la huella de carbono del producto se insertará en una escala de emisiones consideradas bajas y altas para ese producto, por lo que el comprador podrá elegir los productos con menor impacto en el cambio climático. 

GLOBALIZACIÓN Y CALIDAD EN EL SECTOR AGROALIMENTARIO


       La UE es una gran potencia mundial en materia de importación y exportación de alimentos. Al otro lado del Atlántico países como Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Chile y Perú, a mediados de los 80´s decidieron integrar sus economías y formaron el MERCOSUR, un bloque comercial regional también muy importante para los flujos comerciales internacionales Méjico, EEUU y  Canadá crearon el NAFTA, una zona de libre cambio donde entre sus principales exportaciones destaca entre otros producto el maíz. También existen otros bloques comerciales importantes como ASEAN o El Pacto Andino.

      Las empresas agroalimentarias, en este contexto de globalización de los mercados, se esfuerzan por incrementar su competitividad, diferenciarse, y establecer estrategias que les permitan  reducir los costes. La calidad, permite detectar los fallos y corregirlos, implica en una disminución de los costes y un incremento de la competitividad y rentabilidad. Se esfuerzan por  ganarse la confianza de los consumidores Para ello, no sólo cumplen con todos los requisitos de la legislación obligatoria alimentaria de la UE, sino que también implantan de forma voluntaria las  normativas de seguridad de los alimentos, que  garantizan el cumplimento de todos los requisitos de inocuidad y calidad.



    Las principales normas voluntarias adoptadas por las empresas agroalimentarias son:
  • APPCC- Análisis de peligros y puntos de control crítico
La legislación obliga a todas aquellas organizaciones que estén en contacto con alimentos a tener implantado un sistema preventivo que garantice la seguridad a lo largo de todos los procesos de la cadena de suministro. Aunque en un principio son de aplicación a la industria alimentaria, también se aplican en otras industrias relacionadas.
  • ISO 22000- Sistema de Gestión de Inocuidad de los Alimentos
La ISO 22000 es una normativa de calidad internacional enfocada a la industria alimentaria y afines, que especifica los requisitos para implantar un sistema de gestión que permita garantizar y mejorar la inocuidad de los alimentos.
  • BRC (British Retail Consortium)
Es una normativa creada por la Asociación de Minoristas Británicos, que establece una serie de requisitos técnicos de seguridad alimentaria que deben de cumplirse en toda la cadena de suministro, desde al producción hasta la venta al consumidor. Las organizaciones de la industria alimentaria que quieran exportar sus productos a Reino Unido y trabajar con grandes superficies especializadas en alimentación deben de tenerla implantada ya que se les va a exigir su cumplimiento.
  • IFS (International Food Estándar)
Esta norma fue establecida por las Federaciones Comerciales Alemana, Francesa e Italiana y se utiliza en toda Europa, aunque cada vez más se está utilizando también en el resto del mundo. Surge con el fin de establecer un criterio uniforme que garantice la seguridad y la transparencia en todas las etapas de la cadena alimentaria. Es necesaria en aquellas organizaciones que realicen exportaciones, principalmente para aquellos que producen marca propia (marca blanca ó de distribuidor).

jueves, 13 de diciembre de 2012

FEAP destaca la aprobación del uso de proteínas animales procesadas

Bruselas 11/12/2012 - El representante europeo de productos procesados de origen animal EFPRA ha acogido con satisfacción la aprobación de la Comisión Europea del uso de proteínas animales procesadas (PAP) en la fabricación de piensos para acuicultura.
Así se desprende del último boletín de la Federación Europea de Productores de Acuicultura (FEAP) que consideran que esta decisión beneficia a la industria “ya que esto significa que la industria de piensos para acuicultura no solamente dependerá de la harina de pescado y soja como recurso proteico”.
Para la FEAP, las ventajas al utilizar los productos PAP son múltiples. En lo que respecta a la sostenibilidad en particular señalan que “hay grandes cantidades de PAP disponibles para apoyar el crecimiento de la industria de acuicultura sin necesidad de harina de pescado extra”.
Por otra parte, añaden, las proteínas animales procesadas tienen excelentes credenciales medioambientales, ya que su producción está a menudo alimentada por fuentes de energías renovables. “Las PAP tiene un alto valor nutricional, siendo una fuente rica en proteínas, energía y fosfatos y son completamente seguras para ser usadas, procesadas a lo largo de todo el mundo bajo estrictas medidas de seguridad y procedentes únicamente de animales sanos que son aptos para consumo humano”.
Finalmente, añaden, el precio de esta aparentemente proteína es en realidad mucho más barata que la harina de pescado. La incorporación generalizada en piensos para acuicultura está todavía pendiente que se incorpore, ya que existe una resistencia generalizada tanto por parte de los consumidores como de los compradores.
“La creciente información científica y las pruebas confirman la seguridad y aspectos beneficiosos del uso de PAP, aunque serán necesarios más esfuerzos de comunicación para promover el uso en alimentos acuícolas.